Pureza
En una pequeña casa de paredes blancas y un patio lleno de vida, mi abuela dejó una huella imborrable en mi corazón. Era una mujer de una fuerza y una gracia inigualables, cuyo cariño se sentía en cada gesto y en cada palabra. Su nombre era sinónimo de amor y resiliencia, y sus enseñanzas siguen siendo el pilar sobre el que construyo mi vida.
Cada tarde, cuando el sol comenzaba a descender y el calor del día daba paso a la brisa fresca de la tarde-noche, mi abuela y yo teníamos un ritual que guardo con profundo cariño. Siendo una niña, me encantaba acompañarla al patio para recoger jazmines. Los delicados pétalos blancos y su fragancia embriagadora nos envolvían mientras caminábamos entre las plantas. Los jazmines, frescos y perfumados, eran nuestros tesoros diarios.
Después de recolectar las flores, sacábamos unas sillas al patio y nos sentábamos juntas. El fresco de la tarde nos envolvía y, en ese momento, el tiempo parecía detenerse. Con manos hábiles y amorosas, mi abuela ensartaba los jazmines, formando dos moñas perfectas: una para ella y otra para mí. Mientras ella peinaba sus canas y se hacía su característico moño, yo observaba fascinada cómo con una gracia especial marcaba sus ondas con las manos. Luego, se colocaba la moña en el pelo, transformándose en la imagen misma de la elegancia y la dulzura.
Yo, por mi parte, siempre le pedía que me pusiera la moña en el vestido. Quería tenerla a la vista, poder mirar esos jazmines y sentir que llevaba un pedacito de nuestra tarde y de mi abuela conmigo. Cada vez que veía la moña, mi corazón se llenaba de alegría y amor.
Esos momentos fueron más que simples tardes en el patio; fueron lecciones de vida, de amor y de pureza. Mi abuela me enseñó que la verdadera belleza y la verdadera fuerza residen en la pureza del amor con el que enfrentamos la vida. Su ejemplo de fortaleza y cariño se quedó grabado en mi alma, y siempre he querido encontrar una forma de rendirle homenaje.
Así nació "Pureza", un perfume creado en honor a mi abuela. Este perfume no es solo una fragancia; es una celebración de su vida y su legado. Cada ingrediente fue seleccionado con esmero para reflejar los momentos que compartimos y la esencia de su amor.
El jazmín, con su aroma dulce y embriagador, evoca esas tardes de recolección y el cariño que nos envolvía. El azahar, con su frescura cítrica, recuerda la vitalidad del patio y la naturaleza que nos rodeaba. El almizcle añade una base cálida y envolvente, como el abrazo constante de mi abuela. Finalmente, la madera de almendro aporta una nota suave y persistente, simbolizando la fortaleza y el arraigo familiar que ella representaba.
"Pureza" es un tributo a una mujer extraordinaria, una mujer cuya pureza en el amor y en la vida sigue siendo una guía para mí. Cada vez que percibo su aroma, vuelvo a esas tardes mágicas, sentada junto a ella, rodeada de jazmines y amor eterno.
Jazmín
Azahar
Almizcle
Madera de almendro
*15ml no disponible para envío